lunes, 23 de julio de 2018

PROVIDENCIA

En los desafíos de hoy, intentaré ver las bendiciones de DIOS para el mañana.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
PROVIDENCIA
El Aposento Alto
**Leer Génesis 50:15-26
GÉNESIS 50:20 “Ustedes pensaron hacerme mal,
pero Dios cambió ese mal en bien para hacer lo que hoy vemos:
para salvar la vida de mucha gente.” (DHH)
La palabra «providencia» se refiere al cuidado y guía divinos de DIOS en nuestras vidas. Ésto se cumplió ciertamente en la vida de José, cuyos hermanos lo maltrataron brutalmente (Ver Génesis 37). Pero al reflexionar sobre todas las experiencias vividas, José pudo sentir claramente el continuo cuidado de DIOS.
Este sentido del propósito de DIOS nunca se me hizo tan evidente hasta que acepté un puesto que nos llevaría, a mi esposa y a mí, a 13,000 kilómetros de nuestro hogar, hijos y nietos. Fue una decisión angustiante. Oré, ayuné y solicité la sabiduría de otras personas y todo el tiempo confié en que DIOS me guiaría. Aunque difícil, resultó ser una decisión acertada.
Cuanto más viejo me vuelvo, más veo la providencia de DIOS en mi vida. A menudo digo: «Es más fácil ver el poder de DIOS y Su plan para nosotros cuando miramos hacia atrás en nuestras vidas y reconocemos todas las formas en que DIOS nos ha ayudado». Ésto no me hace pasivo, en cuanto la vida, esperando que DIOS me empuje hacia el próximo evento. Al contrario, crea en mí una profunda confianza en mi Creador, que no solo me cuida hoy, sino que también dirige mi futuro para mi bien (Ver Romanos 8:28). Día a día aprendo sobre la providencia del Señor. Espero ser un buen estudiante.
OREMOS: Amado Señor, danos Tu sabiduría, fortaleza y valor mientras buscamos Tu voluntad y confiamos en Tu guía.
Por el amor de Cristo, amén.
**Leer Génesis 50:15-26 (DHH)

ÚLTIMOS DÍAS DE JOSÉ

Como Jacob había muerto, los hermanos de José pensaron: «Tal vez José nos odia, y se va a vengar de todo el mal que le hicimos.» Entonces le mandaron a decir: «Antes de que tu padre muriera, nos ordenó que te dijéramos: “Por favor, te pido que perdones la maldad y pecado de tus hermanos, que tan mal te trataron.” Por eso te rogamos que perdones nuestra maldad, pues somos siervos del DIOS de tu padre.»
Mientras los mensajeros le daban este mensaje, José lloraba. Entonces llegaron sus propios hermanos, se inclinaron delante de él hasta tocar el suelo con la frente, y le dijeron: — Aquí nos tienes. Somos tus esclavos.
Pero José les contestó: — No tengan miedo. Yo no puedo ponerme en lugar de DIOS. Ustedes pensaron hacerme mal, pero DIOS cambió ese mal en bien para hacer lo que hoy vemos: para salvar la vida de mucha gente. Así que no tengan miedo. Yo les daré de comer a ustedes y a sus hijos. Así José los tranquilizó, pues les habló con mucho cariño.
MUERTE DE JOSÉ
José y la familia de su padre siguieron viviendo en Egipto. José vivió ciento diez años, y llegó a ver a los bisnietos de Efraín. También alcanzó a recibir como miembros de la familia a los hijos de su nieto Maquir, que era hijo de Manasés.
Un día José les dijo a sus hermanos: «Me falta poco para morir, pero DIOS vendrá a ayudarlos, y los sacará de este país para llevarlos a la tierra que les prometió a Abraham, Isaac y Jacob.» Entonces hizo que los hijos de Israel le juraran, y les dijo: «En verdad, DIOS vendrá a ayudarlos. Cuando eso suceda, ustedes deben llevarse de aquí mis restos.»
José murió en Egipto a la edad de ciento diez años, y su cuerpo fue embalsamado y puesto en un ataúd.
Sr. Gary Miller (California, EE.UU.)
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